España estuvo cerca de repetir la hazaña de 1955 en el más reciente Campeonato de Europa celebrado en Países Bajos en septiembre. Los neerlandeses, solo pudieron batir a los españoles en entrada extra. Se difuminaba así el sueño de volver a reinar en el mundo del béisbol a nivel continental. Algo que ya pasó hace 61 años con un grupo de jugadores que son la gran historia olvidada del deporte español.
En el año anterior, 1954, España se proclamó subcampeona en el I Campeonato de Europa tras perder el decisivo partido ante Italia por 7-4, un partido negro donde la defensa española cometió 8 errores. Así pues, en el Congreso de Béisbol Europeo en Frankfurt, celebrado unos meses después, se reunían representantes de los cinco países protagonistas: Italia, España, Alemania, Bélgica y Francia. El máximo representante español en las tres reuniones que se llevaron a cabo fue el Presidente del Colegio Nacional de Árbitros, Jacinto Ballesté. El presidente de la Federación Europea de Béisbol era el Príncipe italiano, Steno Borghese.
Desde un principio, Italia anunció su candidatura para organizar el torneo. Argumentando que ellos eran los campeones y que debían organizarlo. Sin embargo, el resto de países no quería dejar la organización en manos del equipo más potente de Europa, por lo que rápidamente se opusieron. Asimismo, una vez que España estuvo dispuesta a organizar el evento, el resto de países pronto se alinearon con la propuesta española. En la tercera reunión, la de la votación para designar la nueva sede, España salió triunfadora por 4-1, con el único voto en contra de la otra candidata, Italia. El torneo se disputaría del 5 al 10 de julio en Barcelona. El formato sería de liguilla todos contra todos. Más tarde, se recibió un aliciente procedente de los Estados Unidos. Se había decidido invitar al Campeón de Europa a las Global World Series de Baseball. Un mundial con carácter semi-profesional que se jugaría en Milwaukee. Ya estaban clasificados: Estados Unidos, Hawái, Canadá, Japón, México, Puerto Rico, Colombia y sólo faltaba el representante europeo que saldría del II Campeonato de Europa de Béisbol – Barcelona 1955.
Además, en esas reuniones se designó al propio Jacinto Ballesté como Presidente del Colegio Europeo de Árbitros.
Tras remodelar el Estadio Municipal de Montjuic para la organización del evento, España nombró a Jacinto Barrios Maldonado seleccionador del equipo. Su cuerpo de ayudantes lo integraban los seleccionadores de Castilla (Sr. Cuesta) y el seleccionador de Cataluña (Sr. Detrell). En un principio, también estaba nombrado para ser ayudante el seleccionador de Vizcaya.
Varias selecciones territoriales dieron una preselección, pero la mayoría de los jugadores se seleccionaron de la catalana y castellana. Un total de 25 jugadores integraron el equipo:
-Lanzadores: Gallardo, Arribas, Lacalle, Bernardo José Luis Menéndez, Pablo y Redondo.
– Receptores: Redondo, Riba y Abad.
-Jugadores del cuadro: Alcea, García, Pueyo, Peralta, Gabriel, Manglano, Larredi, Casals y Braulio.
-Jardineros: Carrillo, Gómez, Crusellas, Segura, Gandúl, Amezcúa y Navarro.
El equipo inició su preparación en Matadepera, durante cuatro semanas tenían dos horas de entrenamiento diario. Generalmente, de 11.00 a 13.00 horas.
El resto de equipos fueron llegando a Barcelona. Italia lo hizo en avión, mostrando poderío económico. Mientras que Alemania, Bélgica y la mitad del equipo francés lo hizo en autobús. Hablamos de la mitad de los franceses porque no todos los representantes galos venían de Francia. La mitad del equipo, un total de nueve, era procedente de Túnez. Además, no se conocían entre ellos. Los tunecinos eran grandes apasionados del béisbol y tenían una liga de noviembre a mayo. Generalmente, en Francia sólo se jugaba durante los meses de verano. Por tanto, los jugadores más determinantes de la selección francesa eran los tunecinos, aunque venían de estar parados, ya que llevaban dos meses sin jugar desde que acabó su liga.
España aprovechó muy bien esa falta de química entre los franceses y les barrieron en la primera jornada por 21-3. España empezaba la búsqueda de la corona continental de la mejor forma posible.
Seguidamente, venció a la selección que todos apuntaban como alternativa a los dos grandes, Alemania, por un contundente 9-0.
Italia ya había pinchado en las jornadas anteriores y se presentaba en el duelo ante España con pocas opciones. Sin embargo, el partido entre las principales candidatas se resolvió con 0-0 y un punto para cada uno.
En el último encuentro, España debía ganar a la sorprendente Bélgica para alzarse con la corona continental. Los belgas, de ganar a España, también se hubiesen proclamado campeones. Por lo tanto, se puede hablar de auténtica final. El lanzador abridor del anterior partido contra Italia fue Bernardo, repitiendo hazaña contra los belgas. Algo imposible de ver en nuestros días.
Y casi no pudo hacerlo. Durante el torneo, el Presidente de la Federación Europea, el Príncipe Italiano Steno Borghese, recibió un telegrama denunciando que el lanzador estelar de los españoles -Bernardo- había falsificado su pasaporte español y que realmente era venezolano. La Comisión Europea abrió rápidamente una investigación, pero como no encontró ninguna prueba, decidió dar luz verde a que Bernardo jugase el torneo.
El madrileño Bernardo salió a hombros tras ganar a los belgas y fue proclamado MVP y Mejor Lanzador del Torneo. La entrega de premios se hizo en el Club de Béisbol de la carretera de Sarriá. Además, Casals, el capitán español, recibió el galardón de Mejor Bateador.
España era campeona de Europa absoluta de béisbol y debía representar al continente en el mundial semi-profesional que se celebraría en septiembre en el County Stadium de Milwaukee.
Y así fue, el 20 de septiembre a las 19.30 horas, desde Madrid, partía la delegación española rumbo a Milwaukee vía Nueva York.
Un total de 19 personas conformaron la expedición española. Se desglosaba así: 16 jugadores, el seleccionador -Jacinto Barrios-, el presidente federativo español -Ramón María Arroyo- y el presidente federativo europeo -Steno Borghese-.
-Lanzadores: Pedro Seda, Abraham, Ángel Redondo, Marcel Lacalle y Antonio Pueyo.
-Receptores: Francisco Abad y Antonio Redondo.
-Jugadores del cuadro: Joaquín Gallardo, Guillermo García, Guillermo Gabriel, Juan Casals y Jaime Peralta.
-Jardineros: Francisco Amezcúa, Miguel Navarro, Luis Gómez y Cecilio Gandúl.
El resto de selecciones eran, generalmente, los equipos campeones de ligas semi-profesionales independientes. Así, los Estados Unidos eran los Boeing Bombers, liderados por Daryl Spencer, que venía de ser MVP en la liga independiente donde participaba su equipo. Los Bombers pertenecían a la factoría Boeing y la mayoría de sus jugadores eran trabajadores de la empresa, casi todos con experiencia en ligas menores.
Apenas unos años después de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, los japoneses llegaron a Estados Unidos con cierto temor. El equipo representativo era el Kanebo All-Stars. Según las crónicas de la época, eran jugadores muy livianos físicamente, pero prácticamente todo el equipo acreditaba batear para .300 puntos y llegaban de ganar su liga semi-profesional durante cuatro años consecutivos.
Los mexicanos eran el Refinerías, eterno campeón de la liga central mexicana ‘Poza Rica’. Sin duda, el jugador más representativo de los mexicanos era Agustín Guinaga.
Por Puerto Rico llegó un conjunto estelar llamado ‘Baricuas’. El jugador más representativo era Luis Olmos. En principio, los puertorriqueños eran un conjunto candidato, ya que traían a los mejores amateurs de su país, pero quedaron en las últimas posiciones del certamen.
Los canadienses no llevaron a sus campeones, ya que los Edmonton Eskimos se negaron a añadir cinco jugadores de otros equipos de su liga para representar al país fuera de su territorio, algo que marcaban las leyes canadienses. Por tanto, acabó acudiendo a Milwaukee el subcampeón, Saskatoon Gems.
Los colombianos sí llevaron una selección de varios equipos. No eran bateadores de poder, pero tenían tremendos jugadores de cuadro a la defensiva.
Finalmente, Hawái llevó a los Sed Sox. Un equipo en el que incluyó a Duke Kahanamoku, de 65 años. Campeón olímpico de natación en 1912 y 1920 y sheriff tras su retirada deportiva.
El torneo tenía premios por valor de 1.700.000 pesetas. España debutó el 24 de septiembre contra Hawái, perdieron 23-0 en 7 entradas, sin dar ni un solo hit. Pedro Seda, de 24 años y estudiante de medicina en Madrid, fue el abridor. Seda era importante para el equipo, ya que era el único que sabía inglés al estudiar tres años en Manchester.
El torneo tenía formato de doble eliminación, por tanto, perder dos partidos te eliminaba del torneo. Los españoles declararon que se encontraron muy nerviosos y que no demostraron todo su potencial.
Acto seguido, en partido de eliminación, España se enfrentaba a Japón, que había perdido ante Canadá 5-2. Con apertura por parte de José Abraham, los españoles estuvieron algo mejor y sólo cayeron 8-0 ante los japoneses. El derecho Kasuo Fukushima fue el abridor nipón. Los españoles lograron dar un hit, precisamente a cargo de Pedro Seda, que en este segundo partido jugó de jardinero izquierdo.
Así terminaba la participación española en el mundial semi-profesional de béisbol, casi sesenta años antes de participar en el Clásico Mundial. La primera vez que un equipo europeo de béisbol jugaba en tierras norteamericanas de forma organizada. El torneo lo acabó ganando Estados Unidos a Hawái, mientras que Canadá fue tercera y Colombia cuarta. Japón, México, Puerto Rico y España fueron quinto, sexto, séptimo y octavo clasificado respectivamente.
El torneo, que se estrenó ese año, apenas duró dos ediciones más por falta de audiencia y por su elevado coste, que resultaba de traer varios equipos lejanos. Las dos primeras ediciones fueron para Estados Unidos (1955 y 1956), mientras que la última (1957), disputada en Detroit, la ganó Japón venciendo a Canadá en la final.
Los españoles tenían previsto volver al término del evento, pero muchos de ellos se quedaron unos días más para presenciar en Nueva York la Serie Mundial entre Yankees y Dodgers. Sin duda, una experiencia inolvidable y que seguro no habrán olvidado. Un olvido, que desgraciadamente, España sí tuvo con ellos, los únicos campeones de Europa absolutos de béisbol.